A los Miembros de CIMADE SALUD:
Por la presente, el Director de la Escuela nro.162 de la localidad citada, se dirige a Uds. como padrinos de esta casa de estudio, en primer lugar para saludarles muy afectuosamente, hoy al comienzo de las actividades preliminares antes de la apertura del Ciclo lectivo ´07, finalmente se pudo revelar los rollos de fotos que estuvieron estacionados por falta de medios monetarios, pero ya están aquí, en esta carta. es el deseo que conozcan los destinatarios de sus esfuerzos, de esa infinita muestra de solidaridad, puede que por allí se note como distante y fría la relación entre padrino y ahijado, más cuando en algunas ocasiones hubo comunicación con Paula, pero la verdad, sepan Uds. que la comunidad de Llulluchayoc está muy agradecida por vuestra atención.
Les contaré que la escuelita se fundó en el año 1961, en la casa de una familia lugareña (perdón por el cambio de persona en la redacción) y que costó mucho hacer que el establecimiento se afianzara en el lugar, no por falta de interés de los habitantes, sino por situaciones burocráticas. Hoy hay cuarenta y seis años de vida, existen otras problemáticas, como la falta de trabajo, limitadas posibilidades de progreso, a pesar de contar con energía eléstrica. Cada vez hay menos jóvenes en la localidad; están quedando niños y ancianos, en su mayoría.
Como podrán apreciar en las fotos, es un lugar muy bonito, con una panorámica de la puna jujeña muy amplia, esto como producto de estar situados a una altura de 4000 msnm.
Esta característica geográfica exige siempre un gran estado de salud y gracias a Dioscon los colegas nos damos el gusto de competir con los cóndores de estas alturas, día a día consumiendo la carroña de la ignorancia, del olvido a que se somete a los nativos, de la falta de esperanza, por cierto, no somos héroes ni nada que se le parezca, solo somos maestros, y que gracias a esa bendita acción de "PADRINO" podemos paliar en algo esa marginación y las carencias de argentinos de la Argentina oculta.
Párrafo aparte, les diré que siempre recuerdo a Virginia, Ceci, quienes fueron con las que tuve más posibilidades de compartir; háganle llegar mis deseos de buenaventura en sus emprendimientos.
Me despido de Uds. con la grata alegría de haber podido compartir este pedacito de mundo, tan caro a nuestros sentimientos, vayan para todos mis sinceros respetos y un fraternal saludo en la distancia.
Oscar Luis Coronel
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